Para todos los interesados en la Maestría en artes Plásticas nos parece importante precisar algunas ideas. Frente a otros saberes y disciplinas que pueden anticipar los puntos de llegada y los modos de llegar a sus objetos de conocimiento, en la creación artística estamos ante lo incierto e impreciso, ante algo mucho más borroso e impredecible. Ese otro lugar, propio del pensar artístico, implica valorar lo desconocido, ponerlo en libertad, como afirmara Blanchot. Lo único claro en los procesos de creación es la necesidad de arriesgar, de estar en el camino renunciando a toda certeza, y de hacer experiencia con todo el proceso para ir más allá de lo que ya sabemos y sentimos.
El pensamiento artístico acontece de maneras no planificables ni previsibles, lo importante está en habitar algo largamente y con intensidad: ya sea una obsesión, una preocupación, un sueño, una pasión, una pregunta, un recuerdo, un dolor, etc. Y es a partir de esa pasión que se movilizan los procesos de creación los cuales más que objetivos requieren habitar con plena presencia aquello que nos interroga. Esa presencia se acompaña menos de una intención que de una atención intensa, de una espera alerta.
Esa actitud de presencia, de experiencia intensa y espera alerta, carece de método. Lo artístico es un modo de hacerse presente en lo que se hace, y lo que pueda ocurrir allí no es producto de las buenas intenciones o de los buenos procedimientos, tampoco el resultado lógico de una búsqueda. Es algo que acontece y, por tanto, tiene una temporalidad distante a la de un pensamiento ordenado, metódico y controlado.
La pedagogía, fundamentalmente en los procesos artísticos, no es algo que se posee y se aplica en toda circunstancia, se construye relacionalmente, en cada situación y con cada persona. Lo pedagógico en la Maestría es una invitación a mantener la atención en ese algo que merece la pena, en hacerse presente sobre lo que se piensa sensiblemente. Más que enseñar, pretende propiciar una intensa experimentación, abrir una inquietud, la inquietud de sí, o la inquietud de un “nosotros” para habitar un mundo.
La Maestría en Artes Plásticas tiene dos focos básicos a elegir como énfasis por parte de los participantes: la creación artística focalizada en la creación individual y la creación artística focalizada en proyectos sociales o comunitarias. Esta última se centra en lo que podríamos denominar “poéticas sociales” y supone incorporar varios desplazamientos que experimentan las artes en la actualidad, las cuales han puesto en cuestión nociones modernas como “autor” u “obra”. Así mismo, implica procesos de creación colectivos y con finalidades ajustadas a las comunidades en las que tiene lugar.
El programa de estudios es igual para una u otra profundización, no obstante, según la profundización que se adopte, algunos contenidos y experiencias se segmentan. Otras asignaturas se desarrollan iguales para todos los participantes. Quizás, para terminar, vale la pena mencionar una frase de Agamben, perfectamente aplicable a la creación artística, y naturalmente a la Maestría en Artes Plásticas: "Los modos en que ignoramos algo son tantos y a la vez más importantes que los modos en que lo conocemos."
Javier Gil
Director de la Maestría en Artes Plásticas
