Andrés Barrios analiza la supuesta autoría de las Farc en el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado
En la historia del país se vuelven a abrir heridas que no estaban cerradas del todo, producto de las verdades a medias o de las que nunca se contaron. El magnicidio del abogado y político colombiano Álvaro Gómez Hurtado vuelve a ser noticia luego de que los integrantes del partido político Farc, Julián Gallo, alias "Carlos Lozada" y Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", aseguraran que la orden de matarlo salió del secretariado de la extinta guerrilla.
Sobre este tema tan doloroso para el país habla el profesor Andrés Barrios, del Área Académica de Comunicación Social - Periodismo de Utadeo, en su columna semanal en Pulzo. Esta supuesta verdad, que tendrá que ser probada con evidencias por la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), es para el profesor Barrios una "maraña de mentiras que tejen actores de la lucha armada en busca de la aceptación en su reincorporación a la vida civil".
Señala que el imperfecto acuerdo de La Habana y lo que de allí se desprendió, tienden un manto de duda sobre los intereses que existen en la confesión de un delito que nadie endilgaba a las Farc-EP. "Oportunismo circunstancial que quiere ser aprovechado para atacar las bases del estamento democrático del país y seguir ahondando la recalcitrante polarización que marca el derrotero nacional a la sombra de dos corrientes, en este caso liberales y conservadoras", comenta.
Una de las conclusiones que saca el profesor Barrios es que, para los exintegrantes de las Farc-EP, les parece sencillo "querer expiar culpas y limpiar imagen atribuyendo hechos a quienes no pueden declarar porque ya están muertos, flaco favor hacen a la historia sujetos humanistas, social demócratas o líderes alternativos en confluencia con fuerzas disyuntivas; caos institucional de los estamentos gubernamentales colombianos delinea la urgente necesidad de hacer frente a una reforma profunda de las bases conceptuales de la sociedad nacional"
