Después de la crisis del Baring en Argentina en 1890, el panorama en América del Sur de la banca internacional se transformó, y los bancos que habían acompañado a la financiación de Brasil y Argentina se encontró con un aumento de la competencia con la llegada de otras casas bancarias de la región. Sin embargo, la competencia no sólo se presenta en las potencias económicas de América del Sur, sino también en los países andinos con importantes recursos estratégicos vitales para las economías centrales, como Inglaterra, Alemania, Estados Unidos y Francia. Sin embargo, la llegada de los bancos internacionales fue acompañada por la medida en la diplomacia como los intereses de algunos países por los recursos andinos que faciliten el desarrollo industrial y el progreso como potencias.

