El término disrupción procede de un acto de interrupción y descarga. Así, el medio fotográfico entendido desde su configuración histórica, escenifica rupturas producto de las tensiones intrínsecas que las conforman: la conversión de la imagen fija en movimiento, la traducción análogo-química al lenguaje digital y la proliferación y popularización de la imagen fotográfica son resultado de un cambio de paradigma tecnológico que aunque innovador en un contexto determinado, posee una preexistencia visible en la arqueología y desarrollo del medio en sí.
Con esta definición la curadora Paula Acosta nos introduce en el término que permite entender el momento contemporáneo, reflejando en la cultura visual un escenario de constantes rupturas y devenires con acentos históricos desde el artefacto fotográfico. La imagen fotográfica, ha sido desde su popularización y comercialización, escenario de constantes cambios intrínsecamente ligada a los procesos tecnológicos y ha penetrado en mayor o menor escala las esferas de los lenguajes visuales.
La muestra Disrupciones plantea desde la educación tecnológica diversas interpretaciones en una búsqueda de los límites de la producción fotográfica. Como docentes somos testigos del constante cambio tecnológico que deviene en un cambio en los discursos, aunque la naturaleza física del medio sea la misma: camera obscura, ópticas y sensibilidad a la luz. La mediación tecnológica modifica la forma de producción, el productor de imágenes se desvanece, se transforma, pero no desaparece. Nuestros estudiantes se han transformado con el tiempo, su manera de ver y crear también.
A manera de manifiesto, la propuesta curatorial en sí misma es una propuesta de creación desde el material visual, reinterpretado en un espacio de exposición a partir de un trabajo conjunto entre curaduría, museografía y autores quienes permitieron que su obra se representara en escala, sustrato y montaje para lograr una narración coherente entre las diversas manifestaciones y el espacio de Artecámara. Manifiesto porque es una reflexión abierta sobre la tecnología en el espacio educativo, necesaria en nuestro entorno en el que la formación tecnológica ha sido subvalorada dentro de la tradición curricular, relegando su rol a una acción meramente operativa y que no reflexiona sobre su actividad, entregando a la sociedad individuos que respondan técnicamente a una inquietud de un medio profesional. Retomando a Goodson y Hobsbawm, es un salto a la tradición curricular y darle un valor a un proceso formativo como el que adelantamos en la TPIF.
Los estudiantes participantes son egresados de la TPIF quienes continúan en su mayoría adelantando proyectos en el campo de la proudcción visual. A continuación el listado de los participantes y el pdf del catálogo de la muestra esta disponible en pdf al final del artículo: