El Espectador publica cuento de la estudiante tadeísta Sofía Acero
Como parte de las alianzas estratégicas que lleva a cabo el CrossmediaLab de Utadeo con distintos medios de comunicación, el pasado 12 de abril, el diario El Espectador publicó el cuento corto de la estudiante Sofía Acero, del programa de Comunicación Social y Periodismo.
La historia se centra en un día casual de un auxiliar contable. La cotidianidad rápidamente se convierte en un hecho que cambiará completamente su vida, luego del trabajo, cuando decide tomar un libro y las historias que allí están plasmadas cobran vida.
“Un sonido espantoso y molesto interrumpe mi momento de quietud: el frenazo de un carro me hace olvidar de todo alrededor, me resuenan los oídos, un pitido constante me obliga a intentar sofocarlo con mis manos, lo veo todo borroso, tengo ganas de vomitar, siento que me asfixio, la cabeza me da vueltas, y cuando lo veo todo negro, caigo al suelo; no sé cuánto tiempo duré tirado en el piso después de recuperar la conciencia y ponerme en posición fetal meciéndome de adelante hacia atrás intentando apagarlo todo, intentando olvidar ese sonido, no caer de nuevo en esa oscuridad. Hasta que todo se detiene con el golpe de alguien tocando a la puerta, por fin vuelvo a reaccionar, y respirando hondo, intentando aparentar que todo está bien, abro la puerta”.
Tras despertar, el protagonista se encuentra con su madre, quien le pregunta, de manera muy sospechosa, cómo se encuentra. Sin embargo, sin percatarse de lo que sucede, vuelve a la cotidianidad de su trabajo hasta que por fín llega el momento de recoger a su esposa y a sus hijos, quienes se encontraban de vacaciones en la casa de su suegra.
De regreso, las luces de un gran camión cegaron la vision del protagonista. Pese a las maniobras, el carro fue a parar en un barranco. Tras seis meses, y luego de despertar de un coma, se enteró que su familia no había sobrevivido al siniestro.
“Abro mis ojos, siento cómo el sudor recorre mi cuerpo y las lágrimas empapan mi cara, aun así no le presto mucha atención, solo prendo mi grabadora y digo las palabras que siempre repito para no irme del presente, de mi realidad, para evitar lugares oscuros y mantenerme un poco cuerdo: Hola, buenos días, hoy te voy a contar cosas que no puedes olvidar”.







